La Sicilia

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jueves, 11 de septiembre de 2008

Cien familias italianas prohíben a sus hijos participar en un baile contra la mafia

Un centenar de los mil adolescentes que debían participar en un baile masivo contra la mafia en la ciudad italiana de Catania, en la isla de Sicilia, no han podido hacerlo, ya que sus padres se lo han impedido por miedo a la criminalidad organizada o por simpatía con ésta.

La decisión de que no participara una de las veintiséis escuelas de danza convocadas para este acontecimiento, que se celebró este fin de semana, fue adoptada la víspera por los padres de los alumnos, que rechazaban sobre todo la camiseta preparada para el baile, según se supo hoy.

En ella, sobre un fondo verde, se podía leer: "Arte-contro Cosa- Nostra" ("Arte nuestro contra Cosa Nostra", la mafia siciliana), un lema que los padres consideraron demasiado provocativo o, en el caso de los que son favorables a esta organización, equivocado. El abogado Antonio Fiumifreddo, uno de los promotores, aseguró en declaraciones publicadas hoy por "La Stampa" que los niños "no tienen nada que ver" con la decisión de quedarse fuera y que lloraron cuando comunicaron a sus profesores que no participarían. Sobre los motivos que explican el comportamiento de los padres, Fiumifreddo rechazó que responda a una estrategia de Cosa Nostra, y dijo que la mayoría tuvo miedo de que sus hijos llevaran la camiseta o aparecieran junto a pancartas antimafia, aunque no excluyó que alguno lo hiciera "por adhesión a la subcultura mafiosa".

La ausencia de esta escuela provocó este domingo un cierto revuelo, ya que se supo pocas horas antes del inicio del baile y supuso un contratiempo para los organizadores, si bien no desanimó a los 900 participantes. El presidente de la región Sicilia, el conservador Raffaele Lombardo, condenó la decisión de no participar en este acto y pidió un esfuerzo para "comprender las razones del malestar" de las familias, que, según Antonio Fiumifreddo, viven en barrios populares en los que la mafia controla el comportamiento de la gente.

EN SICILIA LA VIDA ES CADA VEZ MAS DIFICIL PARA LOS CORNUDOS

Los cornudos italianos tienen una vida cada vez más difícil. A los inconvenientes asociados inevitablemente con la infidelidad de parte de la pareja, ahora se suma una nueva verguenza: la de ver su nombre expuesto en público, en listas prolijamente compiladas por anónimos vecinos acaso demasiado bien informados.

En Canicattí, pequeña localidad en provincia de Agrigento (oeste de Sicilia) la denuncia pública de infidelidad llegó de noche, con unos 20 mil volantes distribuidos por todo el pueblo, y firmado por un inédito "comité de maridos traicionados". En el documento podía leerse, al lado del nombre del marido traicionado (con apellido, profesión y dirección bien detallados), un mensaje de bienvenida al "club de los cornudos locales, por haber soportado con dignidad las continuas infidelidades de su esposa con más de un amigo".

En cuanto concierne a la esposa presuntamente infiel, se incluía una lista de supuestos amantes. La policía local, que abrió una investigación sobre el caso, está esperando que uno de los supuestos amantes se decida a presentar una denuncia por calumnia, pero hasta ahora no ha sucedido. Y para quienes puedan creer que las historias de cuernos públicos son una especialidad de los sicilianos -conocidos por su pasión y su sentido del honor- desde la punta opuesta de Italia llega un desmentido formal.

En Bronzolo, en provincia de Bolzano (extremo norte del país, sobre la frontera austríaca) desconocidos colgaron durante la noche un curioso documento en el espacio para los afiches públicos del municipio local: se trataba de una lista detallada de los cornudos (y mujeres infieles) del pueblo.

El escritor siciliano Camilleri gana el RBA de novela negra con una intriga mediática

El veterano e hiperactivo escritor italiano Andrea Camilleri ha iniciado a sus 83 años lo que califica como una tercera "autopista" en su obra. Una variante frente a sus novelas basadas en episodios de la historia de Sicilia, desde la unidad italiana a la posguerra, y a la serie negro-costumbrista protagonizada por el comisario Salvo Montalbano. El siciliano obtuvo ayer el segundo Premio de Novela Negra RBA, dotado con 125.000 euros, con La muerte de Amalia Sacerdote, una novela de intriga centrada más en el periodismo de sucesos que en la investigación policial, situada en la Sicilia de hoy y a la que no ha invitado a participar a su famoso y desengañado policía.

Camilleri, que no se trasladó a Barcelona --sigue tecleando enfurecidamente pero sus bronquios de fumador igualmente furioso no le permiten muchas alegrías--, aclaró en el transcurso de una videoconferencia que, al igual que en toda su obra, parte de hechos reales pero apenas utiliza un par de líneas de ellos como motivo de arranque para paliar su "absoluta incapacidad para fantasear". En esta ocasión se ha inspirado en el llamado caso Garlasco --la muerte en agosto del 2007 de la joven Chiara Poggi, de la que se acusó a su novio y se convirtió en un espectáculo televisivo-- y en el asesinato en 1953 de Wilma Montesi, del que se acusó al hijo del ministro democristiano Attilio Piccioni. Sobre estos elementos construye la trama de La muerte de Amalia Sacerdote, hija de un diputado de derechas de cuyo asesinato se acusa al hijo del líder de la izquierda siciliana.

MAFIA, POLÍTICA Y TV
La trama no transcurre en una comisaría, sino en los estudios de la RAI, donde se desarrolla una "investigación no policial" que refleja el funcionamiento de los medios de comunicación, "una situación siciliana en que la Mafia tiene estrechos lazos con la política y con la banca" y la utilización de un crimen por todos ellos para acabar con la imagen de un político.
En sus novelas no protagonizadas por Montalbano, Camilleri se ha ido acercando cada vez más a la actualidad, desde aquellas en que criticaba las consecuencias en Sicilia de "la forma como la unidad italiana se llevó a cabo" hasta las más recientes situadas en la Italia fascista y de la posguerra.

Las circunstancias y el ritmo compulsivo de escritura del autor --su editor Antonio Sellerio confesaba hace unos meses tener seis libros en el cajón que aún no había tenido tiempo de publicar-- han propiciado este año un otoño Camilleri en las librerías españolas. Además de La muerte de Amalia Sacerdote, que se publicará a finales de octubre, la editorial Destino publicará este mes de septiembre El beso de la sirena, una fábula en la que se cruzan en territorio siciliano el mito de Ulises y la sirenita de Andersen. En noviembre, Salamandra lanzará Vosotros no sabéis, un diccionario sobre los famosos pizzini, bolitas de papel con mensajes cifrados con los que el jefe de la Mafia, Bernardo Provenzano, se comunicaba con toda la estructura criminal.
Camilleri aclaró que todos los derechos de autor de Vosotros no lo sabéis revertirán en una fundación, de la que es patrón, que concede becas de estudio a hijos de policías asesinados por la Mafia, incomprensiblemente faltos de apoyo público en Italia. Aunque quizá no sea de extrañar en un país que, según el autor, goza de "un nivel de libertad" inferior al de España y con un jefe de Gobierno, Silvio Berlusconi, "con el que no hay lenguaje humano con que comunicarse".

El premio se entregó anoche en el transcurso de una animada fiesta que se celebró en los jardines del hotel Juan Carlos I. El editor italiano de Camilleri, Antonio Sellerio, fue el encargado de recoger el galardón. La velada, organizada por RBA, se convirtió en una especie de rentrée del mundo de la edición.

El colombre y La famosa invasión de Sicilia por los osos, de Dino Buzzati

Afectado por una molestia menor, Giuseppe Corte se interna en una clínica en que los enfermos son distribuidos según la gravedad de su dolencia: los que sufren males ligeros quedan en el séptimo piso y en el sexto las enfermedades siguen siendo leves, pero en el quinto piso y en el cuarto el asunto ya es de cuidado, y el tercero y el segundo son sólo recursos extremos para evitar el desenlace de siempre: un médico cierra las persianas del primer piso en señal de duelo y enseguida las reabre para recibir a un nuevo enfermo terminal.


El cuento es de Dino Buzzati (1906-1972) y no es difícil conjeturar cómo sigue: en los relatos de Buzzati siempre hay alguien que espera o es esperado, o bien un gran acontecimiento –una tormenta, una batalla o, para no ir tan lento, el mismísimo fin del mundo– se demora o se consuma mientras los personajes permanecen aislados en el interior de alguna idea obsesiva.

Esta vez Giusseppe se dispone a esperar, en la quietud del séptimo piso, el breve tiempo que debería tomar su curación, pero ya sabemos que la enfermedad va a complicarse; ya sabemos que, siguiendo razones absurdas y a la vez muy sensatas, el personaje descenderá irremediablemente.

Pocas obras provocan la complicidad total que se da en El desierto de los tártaros, y en los cuentos reunidos en Sesenta relatos (2006) y El colombre (2008), dos títulos cuyo rescate hay que agradecer a la editorial Acantilado. Ya que estamos de agradecimientos: en los últimos años el sello Gadir ha publicado las novelas El secreto del Bosque Viejo, Un amor, El gran retrato, Bárnabo de las Montañas y dos volúmenes verdaderamente raros, que permiten calibrar –y admirar– la osadía artística del escritor-dibujante: Poema en viñetas, una novela gráfica “avant la letre” que alucinaría a Wong Kar-Wai, y La famosa invasión de Sicilia por los osos, un cuento en verso y prosa con dibujos bellos y delirantes que harían palidecer –aún más– a Tim Burton.

La famosa invasión de Sicilia por los osos es la historia de Leoncio, el rey de los osos, que va a Sicilia a recuperar a Tonio, su pequeño hijo, capturado por los hombres y convertido en curioso equilibrista (lo llaman, para denigrarlo, Goliat). El relato es divertidísimo y oscuro: los osos se toman el poder y gobiernan con sabiduría durante años, pero de a poco se van humanizando a partir de los vicios, pues ahora les gusta el alcohol, el juego y sobre todo el lujo (a pesar del calor, les encanta vestirse con redundantes abrigos). Es ésta una fábula sobre el poder que moraliza muy poco: si enseña algo es más bien a desconfiar de los profesores. No es casual que un castigo temible en la Sicilia de los osos sea aprenderse de memoria “poesías educativas” como “La cigarra y la hormiga”.

Sesenta relatos, en tanto, incluye casi todos los grandes cuentos de Buzzati, entre ellos el ya citado “Siete pisos” y una lista larga que si fuera rigurosa agotaría el espacio destinado a esta reseña.

Hay que mencionar, al menos, “Los siete mensajeros”, “El niño tirano”, “El derrumbe de la Baliverna”, “El perro que vio a Dios”, “El platillo se posó” y “El hermano cambiado”, entre muchísimos otros. El colombre, en cambio, es una colección menos pareja, por momentos cercana a la crónica o agotada en parodias no siempre convincentes. Pero con Buzzati funciona la teoría de la indulgencia: nos reímos igual, bajamos la guardia y permitimos, incluso, diez o veinte cuentos “de entremedio” (eso respondió John Ashbery cuando le preguntaron cómo ordenaba sus libros de poemas: como todo el mundo, los buenos al comienzo y al final y los demás entremedio). Consecuentemente, el libro empieza con algunas piezas magistrales (“La creación”, “La lección de 1980”), y cierra con “Viaje a los infiernos del siglo”, una especie de nouvelle en que el reportero Buzzati –quizás anticipándose a los giros del “periodismo narrativo”– relata sus aventuras en una ciudad que se parece a Milán pero es el Infierno. (“Era tranquilizador el hecho de que los letreros de las tiendas y los carteles publicitarios estuvieran escritos en italiano y se refirieran a los mismos productos que nosotros utilizamos diariamente”, dice de pronto, con suma elegancia, el narrador.)

En el mundo de Buzzati los hombres se enamoran de sus autos (una obsesión del autor, cuya critica a la modernidad tal vez oculta un entusiasmo genuino por los modelos cada vez más veloces), mientras que los jóvenes salen a la calle a golpear a los viejos, y los niños se pasan la tarde burlándose de un compañerito llamado Adolf Hitler. Los ecos de las guerras aparecen con frecuencia y repercuten hasta en el sosegado paisaje del jardín nocturno, cuando las amebas, los musgos, las larvas y las arañas se entrampan en silenciosas batallas campales. Porque también el silencio es tensión, microscópica amenaza: “La casa misma parecía estar a la espera de algo, como si las paredes, las vigas, los muebles, todo, estuvieran aguantando la respiración.”

La versatilidad de Buzzati encubre, por cierto, un apego enorme a sus escasas e intensas obsesiones: la inminencia de un ataque, de un giro sorpresivo que era, tal vez, esperable; la soledad de un hombre cuyo dolor es, para el mundo, una anécdota apenas digna de ironías más o menos cariñosas. No viene mal recordar a propósito, finalmente, ese pasaje de El desierto de los tártaros en que, con tibia sensatez, Giovanni Drogo intuye su destino: “Es difícil creer en algo cuando uno está solo y no puede hablar de ello con nadie. Precisamente en esa época Drogo se dio cuenta de que los hombres, por mucho que se quisieran, siempre permanecen alejados; si uno sufre, el dolor es completamente suyo, ningún otro puede tomar para sí ni una mínima parte; si uno sufre, no por eso los otros sienten daño, aunque el amor sea grande, y eso provoca la soledad en la vida.”

Advierten sobre aumento de temperatura de agua del Mar Mediterráneo

Científicos que estudian las temperaturas del Mar Mediterráneo y el Mar Negro advirtieron sobre un constante incremento de la temperatura del agua, a menos que se tomen medidas para frenar el calentamiento global, informa hoy, miércoles, el diario griego "Kathimerini".
Los investigadores, que están estudiando cerca de Sicilia el impacto del cambio climático a bordo del barco oceanográfico "Aigaio", determinaron que las temperaturas de los dos mares aumentaron dos grados Celsius en los pasados 25 años y esta tendencia podría continuar si no se inician acciones.


"Es un gran incremento para ese período", dijo Evangelos Papathanssiou, director de investigaciones del Centro Helénico de Investigaciones Marinas.

Los aumentos de las temperaturas no son tan drásticos en las profundidades del mar, de acuerdo a Papathanassiou, quien sin embargo está más preocupado por la calidad del agua cerca de la costa debido a la alta contaminación.

El "Aigaio" realizó su primer viaje de exploración en marzo y actualmente está llevando a cabo un segundo viaje de estudios frente a las costas de Sicilia.
Los expertos indicaron que el Mar Adriático registra un aumento aún mayor de la temperatura del agua, de alrededor de cuatro grados Celsius.

El beso de la sirena. La novela más hermosa y delicada de Andrea Camilleri

Érase una vez, en una tierra junto al mar, una bellísima mujer llamada Maruzza Musumei. Se decían muchas cosas de Maruzza, rumores a voces que quizás explicasen por qué a pesar de su belleza no había encontrado aún con quién casarse.

Maruzza hablaba en griego con su abuela; no era una muchacha como las demás; parecía el personaje de una fábula; transmitía con sus ojos y su voz la perturbadora sabiduría que traen y llevan los siglos. Maruzza era una sirena.Pero la historia comienza en realidad con Gnazio, que emigró a América y volvió a Vigáta tras veinticinco años de ausencia.

En Nueva York trabajó como jardinero y , tras una caída desgraciada, el dinero del seguro le permitió regresar a su Sicilia natal y comprar un trozo de tierra con un olivo milenario del que se había enamorado. Sólo le faltaba una mujer.Maruzza y Gnazio, la tierra y el mar, no vivirán una historia de amor imposible...como tantas cosas.

Primero fue la boda, después la familia y, año tras año, el milagro de conjurar lo que parecía contrario, para tantos irreconciliable.El aclamado creador del comisario Moltalbano, abandona el género negro para crear una obra que une magia y realidad y que rescata el mito de Ulises y el cuento de Andersen. Una historia plenamente contemporánea, que nos habla de cómo vivir con lo que nos resulta extraño, ajeno y contrario.

El autorAndrea Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia, 1925) vive desde hace años en Roma, donde ejerce de realizador de teatro y televisión y de guionista. Ha publicado ensayos sobre el espectáculo, crónicas sobre hechos históricos y varias novelas ambientadas en la Sicilia de finales del siglo XIX y XX. Con el comisario Montalbano, que protagoniza gran parte de sus novelas, se ha convertido en un referente del género negro. En Las ovejas y el pastor, aparecida en esta misma colección, indaga en un caso histórico que sucedió en Sicilia en 1945 y que conmocionó a Italia.