Un presunto mafioso italiano que estaba en la cárcel ha pasado a situación de arresto domiciliario, debido a que sufre una forma patológica de obesidad que le ha llevado a pesar 210 kilos y en el país no existe una celda para albergarlo adecuadamente.
Se trata de Salvatore Ferranti, de 36 años, investigado por asociación mafiosa por su presunta pertenencia a uno de los clanes fieles a Salvatore Lo Piccolo, detenido el año pasado y considerado gran jefe de la Cosa Nostra siciliana, informa hoy la agencia Agi.
Ferranti consiguió el arresto domiciliario por decisión de un Tribunal del Palermo (isla de Sicilia) que acogió favorablemente la petición de su abogado en ese sentido.
En Italia, el delito de asociación mafiosa prevé que el acusado ingrese en prisión, a no ser que haya graves motivos de salud que determinen lo contrario.
Los jueces decidieron conceder el arresto domiciliario a Ferranti porque en ninguna de las cuatro instituciones penitenciarias en las que ha estado se le podía asegurar un trato que protegiese y respetase su dignidad humana.
Durante su permanencia en una cárcel de la ciudad de Pésaro (este de Italia), la dirección del penal tuvo que asignarle ayuda permanente para hacer frente a sus necesidades diarias, tanto fisiológicas como de movimiento.
La situación de Ferranti tampoco mejoró en Monza (norte del país), donde la dirección del establecimiento escribió al Departamento de Administración Penitenciaria para informar de que el detenido no podía dormir «al no haber una cama apropiada a su peso» y no podía ir al baño porque no cabía por la puerta
domingo, 16 de marzo de 2008
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