Los temblores en los conductos magmáticos internos del volcán más activo de Europa fue registrado por los expertos del Instituto nacional de geofísica y volcanología de Catania (Sicilia).
El dato confirma que la actividad de erupción que comenzó ayer en el volcán están aún en curso si bien con menor energía.
Esta mañana no fue posible para los investigadores efectuar una observación directa del fenómeno porque la cima, sobre los 2.400 metros de altura, está cubierta de nubes.
Fue observado el brazo más avanzado de la colada, que estaciona firme y frío en el desértico valle del Bove, señal que la alimentación en la boca se agotó o está en fuerte disminución.
El Etna entró ayer en nueva etapa eruptiva del cráter sudeste.
Comenzó con emisión de lava incandescente en torno a las 07.25 locales, que cayó en la zona superior del monte, pero el fenómeno no fue considerado peligroso para los centros poblados ni para las personas.
La actividad de "fuentes de lava", según los relieves instrumentales del INGV concluyó una hora después, como se constató del ápice y de la sucesiva imprevista disminución de la amplitud del temblor interno del volcán, vinculada a la actividad de erupción.
Durante la actividad de erupción, que los expertos estimaron exactamente de 75 minutos, hubo una emisión de cenizas de lava del cráter de sudeste que, empujada por el fuerte viento de altura se dirigió hacia la región de Reggio Calabria, sin constituir un peligro porque se dispersó.
La nueva fase "impulsiva" del volcán fue filmada por los satélites que relevaron la franja de cenizas que se dirigió hacia Calabria, la región del sur de Italia que está frente a la isla de Sicilia.
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