El titular del Gobierno de Sicilia, imputado por su relación con la Cosa Nostra

La Cosa Nostra siciliana ha subido un peldaño más en su ascensión al poder. Ya no se conforma con controlar los ayuntamientos de la isla, ahora ha llegado incluso a penetrar en las más altas cotas del Gobierno regional. Según Giuseppe Pignatone, fiscal auxiliar del caso que indaga sobre la supuesta infiltración de la Cosa Nostra en la Dirección Antimafia de la región, el presidente del Ejecutivo autonómico de Sicilia, Salvatore «Toto» Cuffaro, es culpable de haber favorecido a los mafiosos y de haberles entregado información confidencial. Pignantone pide ocho años de cárcel para Cuffaro, que lleva en el poder en Sicilia desde 2001.
Además del presidente regional, el fiscal también señala como culpables de colaborar con la mafia a otros importantes personajes de la vida pública de la isla. Para Giorgio Riolo, oficial de los Carabinieri, pide nueve años de cárcel, mientras que para el empresario Michele Aiello, dueño de una empresa privada de sanidad, solicita 18 años de reclusión. Aiello, considerado el «Rey Midas» de la sanidad siciliana, está acusado de formar parte directamente de la Cosa Nostra. Además, el fiscal también pide distintas condenas para otros importantes representantes públicos y policías sicilianos, además de algunos conocidos médicos y empresarios.
Responsable antimafia
«Toto» Cuffaro llevaba tiempo siendo investigado por la Justicia sobre su presunta colaboración con la mafia, aunque nunca un fiscal se había atrevido a pedir una condena de cárcel contra él. El proceso que le puede costar su ingreso en prisión nace de una supuesta infiltración de la Cosa Nostra en la Dirección Antimafia de Sicilia. Antes de hacerse con las riendas del Gobierno regional, Cuffaro, radiólogo de profesión, ocupó el cargo de presidente de la Comisión Regional Antimafia. Durante este tiempo, forjó ciertos contactos con la mafia, a la que supuestamente suministró información confidencial. Según algunos medios locales, su relación fue especialmente fluida con el clan de los Brancaccio. Tras dirigir la Comisión Antimafia, Cuffaro decidió dar un paso más y presentarse como candidato del centro derecha para la Presidencia de Sicilia. Tuvo éxito y, apoyado por los electores y la mafia, asumió el cargo en 2001. Luego vendría la investigación sobre su presunta colaboración con la Cosa Nostra, que no impidió que fuera reelegido en las elecciones del 28 de mayo de 2006. A los electores no pareció importarle mucho tener un presidente que se relacionaba con la mafia o que incluso formaba parte de ella. Al fin y al cabo, la situación de «Toto» Caffaro es la habitual en el Parlamento siciliano, donde un 40% de los diputados han sido investigados por sus contactos con la Cosa Nostra.
En cuanto tuvo noticia de la acusación a Caffaro, Silvio Berlusconi, jefe de la oposición italiana, se apresuró a mostrar su solidaridad con el presidente siciliano. «La estima que tengo en su inteligencia me hace descartar absolutamente que pueda estar relacionado en estos acontecimientos en que se trata de involucrarlo», afirmó «Il Cavaliere».