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viernes, 4 de mayo de 2007

El Ayuntamiento de Palermo contrata a 110 conductores de autocar y ninguno tiene el carné

Si el espectáculo de la pelea de inauguraciones del nuevo metro a la T-4 de Barajas resulta patético, siempre queda Sicilia para consolarse. Palermo tenía el récord de enchufes multifásicos delirantes con aquellos famosos 70 individuos, todos parientes de alguien, contratados por 800 euros sólo para contar las alcantarillas, pero la cercanía de las elecciones municipales excita la imaginación. Por eso Alberto Campagna, un asesor de Forza Italia, el partido de Berlusconi, ha logrado lo que parecía increíble: Palermo se ha superado a sí mismo. Acaba de contratar de una tacada a 110 nuevos chóferes para los autobuses municipales, con la peculiaridad curricular de que ni uno solo tiene el carné de conducir necesario.

Para qué disimular a estas alturas, si el gobierno regional de Sicilia mantiene 11.000 cargos y paga casi 100.000 salarios al mes. Un millón de euros al día. En Italia, donde según un reciente estudio casi medio millón de personas vive de la política, los ciudadanos honestos ya no se asustan de nada.

El año pasado, tras un tira y afloja con la oposición que duró meses, se hicieron públicas las listas del personal contratado en Palermo en las sociedades municipales. En vez de un organigrama, lo que salió a la luz fue un árbol genealógico. Centenares de mujeres, hijos, primos, cuñados, compañeros de pupitre y vecinos de escalera florecían en los despachos. Entre ellos, por ejemplo, la esposa del ínclito Campagna.

En impecable jerga burocrática, su departamento explica así el fichaje del pelotón de autobuseros inútiles: "En el periodo de adiestramiento y, por tanto, en la fase antecedente a la obtención del permiso exigido, los trabajadores seleccionados serán utilizados en la compañía de transportes". O sea, que les darán tiempo y sueldo para sacarse el carné.

Por desgracia, y aunque desde fuera sea gracioso, no deja de ser un caso más. Día sí y día no la prensa italiana descubre entre la sorna y la denuncia nuevos escándalos de antología del humor. En Roma, un control de los permisos de aparcamiento en el centro destapó que 1500 pertenecían a fallecidos. A un jubilado le pillaron el otro día en Aosta con el cadáver de su padre nonagenario en el frigorífico. Había muerto hace dos años y así seguía cobrando su pensión. Pero es que eran 2.500 euros y, claro, sin vivir en Palermo...

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